
TenÃa 21 años cuando supe que habÃa quedado embarazada de mi novio de ese entonces. En ese momento me acuerdo que lloré mucho porque sabÃa que iba a abortar, no era el momento para traer un bebé al mundo, y al mismo tiempo me dolÃa negarle a ese bebé tenerme como madre. Pedà muchas veces que fuera un error, no querÃa estar embarazada...dos semanas después mi novio me acompañó a uno de esos sitios donde hacen el "trabajo". El cuerpo se recupera rápido, el cargo de conciencia sin embargo queda impreso en el corazón.
Durante varios años, desde mi vocación, me dediqué a acompañar a las mujeres en su embarazo y luego con sus bebés. Era una forma de reconciliarme con ese ser que no pudo crecer en mÃ.
Luego de 8 años, tuve que vivir un segundo aborto, esta vez no deseado. Querer tanto un bebé que no puede seguir creciendo en tu vientre es una experiencia dolorosa. No podÃa dejar de pensar que asà fue cómo debió sufrir ese ser que yo no quise traer al mundo. Lo vivà haciendo el duelo que debà haber hecho antes, en compañia del amor de mi vida, con calma y compasión.
Un año después, tuve el maravilloso regalo de dar a luz a una hermosa bebé. Tengo la tranquilidad de sentir que obré de la mejor manera que me fue posible, no hay remordimientos porque el deseo de ser madre siempre estuvo presente, simplemente comprendà que para ser una buena madre era necesario sentirme preparada y tener el corazón contento.
Nathaly (34 años)
Colombia
Testimonio I
